Los Animalotes se veían ante la titánica tarea de salvar la Tierra de una invasión alienígena, pero en lugar de una cápsula de salvamento, se encontraron con una máquina del tiempo que los llevó muchos, muchos años atrás. Tantos que, de pronto, se vieron con la única compañía de los dinosaurios. Así empezaba el Desmadre prehistórico.
Partiendo de esta premisa, Alma González Blanco, de 10 años, puso en marcha su imaginación y nos regaló una historia que le ha hecho merecedora del lote de libros de nuestra editorial valorado en 50 euros. Alma puso a nuestros queridos Animalotes a trabajar en equipo para construir una nave que les permitiera volver a la Tierra y salvarla de los alienígenas. Buscando materiales para armar el aparato con el que emprender el viaje de vuelta, todos ellos fueron encontrando trozos de papel, los cuales pusieron en común. Cuál fue su sorpresa cuando descubrieron que se trataba de un mapa del tesoro. ¡La situación se ponía cada vez más emocionante!
Buscando y buscando, dieron con un agujero en la arena, en el cual parecía que había algo, pero ninguno se atrevía a acercarse. ¡Qué miedicas! Por fin, el Sr. Serpiente se adentró en el agujero y sacó una bolsa con una linterna dentro. Pero no era una lintera cualquiera: ¡era una linterna minimizadora! Pero aún les quedaba por hallar el tesoro oculto en el mapa, que no era otro que... ¡la nave espacial con la que podrían volver a casa! Con la linterna, redujeron el tamaño de la nave (que, además, tenía forma de pez) y pudieron volver a tiempo para lograr lo que se proponían.
Alma ha demostrado una gran creatividad y habilidad a la hora de dibujar para presentarnos unos personajes de lo más simpáticos que, con ingenio y solidaridad, consiguieron salvar el planeta. Pero no fue la única que nos alegró estas semanas de confinamiento con sus historias, y es que los fans de la serie creada por Aaron Blabey nos han hecho disfrutar de lo lindo con sus invenciones, a cada cual más disparatada.
¡Gracias a todos por participar, Animalotes!