El dramaturgo vasco era, además de escritor, especialista en temas de imagen, y había publicado numerosos artículos sobre pedagogía de los medios de comunicación y expresión dramática. Durante diez años trabajó como ayudante de dirección en películas inglesas y norteamericanas rodadas en España. Como autor teatral supera la treintena de obras, muchas traducidas a otros idiomas. Ha sido reconocido en varias ocasiones con el Premio SGAE de Teatro Infantil y Juvenil: El árbol de Julia (2000), Manzanas rojas (2002), El último curso (2008) y Los chicos del barracón nº 2 (2013).
"En su carrera, combinó el teatro para adultos y el infantil, género en el que se especializó y destacó por ampliar las temáticas y por una preocupación constante por la labor didáctica", ha destacado la SGAE.
Algunas de sus más de cuarentas obras enfocadas al público adolescente han sido representadas en Brasil, Rusia, México, Marruecos, Perú y España.