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Aldous Huxley: uno de los padres de la literatura distópica

El autor de Un mundo feliz falleció tal día como hoy de 1963. Huxley es considerado uno de los testigos más lúcidos de nuestro tiempo.

22-11-2024

Aldous Huxley: uno de los padres de la literatura distópica

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Aldous Huxley (1894-1963) nació en Godalming, condado de Surrey, Inglaterra, en el seno de una familia eminente, algunos de cuyos miembros destacaron en campos tan variados como la ciencia, la medicina, el arte y la literatura. El propio Aldous poseía un saber enciclopédico, resultado de su enorme curiosidad intelectual, y en él convergían las cualidades de muchos miembros de la familia.

Vemos, pues, que Aldous Huxley se vio inmerso desde su nacimiento en un entorno cultural extraordinariamente fecundo, tanto en el terreno de la ciencia como en el de la ficción. La variedad de sus intereses puede rastrearse en su numerosa producción literaria, que abarca poemas, ensayos, estudios históricos, infinidad de artículos, traducciones, cuentos —uno de ellos para niños, Los cuervos de Pearlblossom—, novelas, obras de teatro y guiones de cine.

De niño, Aldous era apodado por sus compañeros de juegos «Oggie», abreviatura de The Ogre o el Ogro, por su precocidad, su dedicación al estudio y su asombrosa erudición. Su hermano Julian escribió sobre esta época: «Desde su niñez advertí, de manera intuitiva, que Aldous poseía cierta superioridad innata y que se movía en un plano diferente del nuestro. Eso resultó evidente cuando Aldous tenía cinco años y yo era un estudiante de doce, y perduró toda su vida».

En uno de los ensayos de su libro A lo largo del camino (1925), titulado «Libros para el viaje», el propio Huxley confesó que su lectura favorita era la Enciclopedia Británica: «Cuando estoy lejos de casa, no transcurre un solo día sin que consulte de esos volúmenes. Es el libro de los libros. Volviendo sus páginas, escudriñando entre todos esos hechos fantásticamente variados que los azares de la disposición alfabética reúne, me regodeo. Es un vicio mental».

Su primo Gervas Huxley, que convivió con él durante los cinco años de escuela preparatoria que pasaron en la Hillside School, cerca de Godalming, escribió: «Aldous poseía la llave de una fortaleza impenetrable que le protegía de las duras pruebas y sufrimientos de la vida escolar… No recuerdo que perdiese nunca el control de sí mismo ni que cediese a emociones violentas, como hacíamos los demás. Era imposible pelearse con él. Cualquier atisbo de malicia o de malhumor desaparecía al toparse con su evidente sinceridad y su absoluta falta de egoísmo». Cuantos le trataron a lo largo de su vida lo encontraron siempre con esa amable disposición.

En 1911 contrajo una grave infección ocular, una queratitis que tardó en ser atendida y que le dejó prácticamente ciego durante varios años. Su hermano Julian escribió al respecto: «Creo que en cierto modo su ceguera fue una bendición para él. Por una parte, acabó con su idea de dedicarse a la medicina como carrera. Por otra, le obligó a entrenar su memoria y favoreció su capacidad de concentración». Aprendió a leer y a tocar el piano con el sistema Braille para ciegos, y volvió a escribir a máquina. A base de ejercicios oculares, recuperó parcialmente la vista durante un tiempo. Las fluctuaciones de su agudeza visual le acompañaron toda su vida.

En 1916 Aldous se graduó con honores de primera clase y se ofreció al ejército británico para participar como voluntario en la Primera Guerra Mundial, llamada por entonces la Gran Guerra, que había empezado dos años antes. Fue rechazado por su discapacidad visual. Ese mismo año publicó su primer libro de poemas, La rueda ardiente, al que pronto siguieron otros. A lo largo de su vida alternó la publicación de nuevos poemarios con la de antologías de poemas publicados anteriormente.

Aldous trabó amistad en Oxford con lady Ottoline Morrell, conocida en la alta sociedad londinense por sus excentricidades y su manera de vestir. Estaba casada con el diputado liberal Phillip Morrell, con quien compartía las pasiones del arte y la política. Era dueña de una amplia casa señorial del siglo XVII, Garsington Manor, cerca de Oxford, donde reunía y amparaba a intelectuales, refugiados de guerra y objetores de conciencia, a quienes ofrecía refugio y trabajo temporal en su granja.

Aldous conoció allí a escritores como Bertrand Russell (1872-1970), Virginia Woolf (1882-1941), T. S. Eliot (1888-1965) y D. H. Lawrence (1885-1930), con quien, pese a su diferente extracción social, a sus distintos temperamentos y a susmodos de vivir y de pensar casi opuestos, contrajo una firme amistad. También fue allí donde se enamoró de una joven belga de 18 años, Maria Nys, intuitiva y espontánea, que era refugiada de guerra.

Tras pasar ocho meses trabajando en la granja de Garsington, Aldous enseñó francés durante un año en el Eton College. Entre sus alumnos estaba Eric Blair, que luego adoptaría el seudónimo de George Orwell (1903-1950) y, a semejanza de Aldous, escribiría una novela distópica, 1984 (1949). Tiempo después, sus alumnos recordarían a un profesor que permanecía en pie durante la clase con aire de mártir y era incapaz de mantener la disciplina, pero que les enseñó a emplear las palabras con claridad y precisión.

También trabajó temporalmente en Brunner Mond, una planta química avanzada situada en Billingham, en el noroeste de Inglaterra, experiencia que él mismo consideraría como una fuente importante de inspiración para Un mundo feliz, ya que le proporcionó la visión de un universo ordenado y  bien regulado dentro de un mundo incoherente y sin planificar. La enseñanza no era su vocación ay los trabajos ocasionales no llegaban a satisfacerle así que se dedicó de pleno a la escritura.

En la tarde del 12 de mayo de 1961, Aldous daba su habitual paseo por las colinas que se encuentran al norte de Hollywood cuando alguien le advirtió de que su casa estaba ardiendo. Aldous regresó apresuradamente. Entró en la casa en llamas y consiguió rescatar el manuscrito final de La isla y el violín Guarnieri de Laura. Cuando se disponía a volver a entrar, unos niños le convencieron de que no debía arriesgarse.

En el incendio se perdieron muchos recuerdos: el diario de Maria, su primera esposa, donde ella había anotado todos los sucesos de su vida en común; cientos de cartas de sus amigos escritores: H. G. Wells, D. H. Lawrence, Virginia Woolf…; los manuscritos de muchas de sus obras; sus tres mil libros con notas al margen; los cuadernos llenos de ideas para nuevas obras, y una primera edición impresa del Cándido de Voltaire, herencia de Thomas Henry Huxley, el patriarca de la familia.

Su último libro, publicado en septiembre de 1963, dos meses antes de su fallecimiento, fue Literatura y ciencia, un bellísimo ensayo donde constató las diferencias entre ambos campos, el literario y el científico.

Murió en su casa el 22 de noviembre de 1963. Los periódicos de todo el mundo publicaron la noticia en páginas interiores, porque horas antes había sido asesinado el presidente de Estados Unidos, J. F. Kennedy.

(Texto del prólogo y apéndice de Laura y Vicente Muñoz Puelles para la edición de Un mundo feliz en la colección Clásicos a Medida. Ilustración: Xavier Bonet).

Sección

12-14 años

Temas

Clásicos

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